En este capítulo veremos más detalles de la celebración de las Fiestas Patronales de la Virgen del Carmen en Nuquí, en el departamento de Chocó, a través de piezas que muestran: un paraíso chocoano dónde la naturaleza provee el sustento a sus habitantes, rinde tributo a su santa patrona en una colorida fiesta, llena de alborozo, trajes para el bunde y notas de chirimías; un pescador consagrado y un agricultor, que artesanalmente producen y abastecen al municipio, del alimento y la bebida más apetecidos durante las fiestas, el pescado y el viche; una cantaora de alabaos que espera cada año la llegada de las fiestas para transmitir la tradición y cuando no está cantando para despedir a los muertos, disfruta las fiestas bailando cumbachas y currulaos; un clip que muestra cómo los nuquiseños llevan en sus venas la armonía de la tambora, la charrasca y la caja, sonidos de una expresión llena de sentimientos, vivencias y sabor pacífico. SINOPSIS DE LAS PIEZAS. No sólo se baila. Nuquí es un paraíso chocoano donde los días tienen su propio afán y la naturaleza provee el sustento a sus habitantes, otorgado por su gran despensa marítima y por su fértil tierra. Hombres y mujeres afrodescendientes e indígenas conviven en esta parte del pacifico colombiano en armonía con el ambiente. Esta comunidad agradece a su patrona la Virgen del Carmen la protección brindada tanto en el mar como en la selva a través de un tributo anual: las fiestas patronales, donde el colorido de las calles, los vestidos para el bunde y los desfiles desbordados de felicidad, se combinan con las notas musicales de las chirimías para preservar la cultura y el legado folclóricos del municipio. Vivo de Fiesta. Don Cástulo es un pescador consagrado de 65 años, todos los días va al mar en busca del sustento diario. De allí saca el pescado para alimentar a su reducida familia y para vender a algunos vecinos y restaurantes de Nuquí. Durante las fiestas no sólo los turistas se alimentan gracias a la pesca de don Cástulo, también los nuquiseños, aumentan el consumo de pescados y de mariscos durante esta época. Así don Cástulo, ve en las fiestas de la Virgen del Carmen, la posibilidad de aumentar sus ingresos. De igual manera en el corregimiento de Guachalito, a media hora en lancha desde Nuquí, Diego un joven agricultor siembra caña, frutas y en ocasiones se dedica a la pesca. En su cabaña a la orilla del mar donde tiene uno de los pocos trapiches de la zona, escurre la caña para fermentar el guarapo y después, destilar muy artesanalmente el famoso viche; una especie de aguardiente, que se vende mucho durante las Fiestas de la Virgen del Carmen. Toda una Vida. Doña Carmen Dilia es una mujer de 65 años de edad, nacida en el bajo Baudó, Chocó. Desde niña aprendió de su madre y sus abuelas a cantar alabaos y chigualos como forma de expresión para despedir a los muertos. Recuerda de su infancia ver bajar las barcas por el río, en procesión a la Virgen del Carmen, mientras las mujeres cantaban. Ahora doña Carmen espera siempre las fiestas de la virgen, para conservar la tradición mientras canta a los muertos del municipio chocoano de Nuquí. Además de cantar, esta mujer es una incansable trabajadora. Todos los días sale en su canoa por el río hasta llegar a su finca en medio de la selva para sembrar arroz, plátano y maíz, este último lo utiliza para hacer la mazamorra que vende a las personas del pueblo. Doña Carmen se goza las fiestas y cuando no está cantando alabaos, baila cumbanchas y currulaos sin parar, siendo una digna pareja para cualquier muchacho del pueblo. Clip Cultural. Chombo, Máximo y Flavio han vivido toda su vida en Nuquí y llevan en sus venas la música de cumbancha, ritmo autóctono de la tierra donde la tambora, la charrasca, la caja y los timbales armonizan esta expresión llena de sentimientos, vivencias y sabor pacífico.