En este capítulo veremos cómo se celebra el Festival de la Confraternidad Amazónica en el municipio de Leticia, a través de piezas que muestran: un lugar en donde las fronteras se desvanecen y 3 países comparten economía y costumbres; un grupo de cuenteros de la comunidad indígena Tikuna de San Juan de Socó, pone en escena uno de los mitos tradicionales de su cultura. Esta gran oportunidad de dar a conocer su labor artística, está envuelto por la emoción que representa visitar la capital del departamento; 2 niñas bailarinas, nos invitan a ver los preparativos del montaje de una de las obras que se presentan en el festival; y otras actividades del festival que más que una fiesta popular, es la manera de refrendar la amistad y los vínculos de hermandad entre las comunidades fronterizas que integran el trapecio amazónico, a través del deporte, la cultura y las costumbres de los tres países que lo conforman: Colombia, Brasil y Perú. SINOPSIS DE LAS PIEZAS. No sólo se baila. La selva amazónica es uno de los destinos turísticos preferidos en Colombia. Sin embargo, los viajeros se sorprenden al descubrir que en el trapecio amazónico, hay mucho más que selva. Tabatinga, una ciudad brasilera, Santa Rosa en el Perú y Leticia en Colombia, son 3 ciudades fronterizas que por su cercanía, comparten economía, formas de celebrar las fiestas e incluso y mucho más. Desde hace 22 años todo aquel que se halle el 20 de julio en la capital amazónica colombiana, se topa con una de las fiestas menos conocidas del país: el Festival de la Confraternidad Amazónica, una celebración hecha para entender de otra forma, las fronteras que trazan los mapas. Actores del festival. El grupo de cuenteros de la comunidad indígena Tikuna de San Juan de Socó, ubicada en la ribera del río Amazonas, a 2 horas de Leticia, ha sido invitada a presentar su obra “Juan, el siringuero” como parte de las actividades del Festival de la Confraternidad Amazónica. Para ellos, esta invitación representa más que la oportunidad de recrear una anécdota muy difundida entre sus coterráneos, la enorme emoción que produce visitar la capital, y desde luego, exponer su trabajo como colectivo juvenil. Adicionalmente quieren que el público admire y valore la elaboración que ellos mismos han hecho del vestuario y, por supuesto, sus habilidades en el escenario. Los niños en el festival. Elena Fernanda Motta y María Fernanda Laguado son 2 excelentes bailarinas que no superan los 12 años. Ambas son integrantes de “Nuevas Estampas”, el grupo de danzas más reconocido del trapecio amazónico; para ellas el Festival de la Confraternidad Amazónica es la posibilidad de socializar el esfuerzo de muchos días de ensayos, pruebas de vestuario y de bailar ante sus coterráneos, pues el deseo más intenso que tienen es ser reconocidas en todo el municipio como “las niñas que bailan”, una frase que sintetiza tantos esfuerzos, no sólo durante estos días, sino de toda su vida. Soy carnaval. Las fiestas de la Confraternidad Amazónica fueron creadas en 1987, y desde entonces son la vía más auténtica para que los pobladores de Tabatinga en Brasil, Santa Rosa en Perú y Leticia en Colombia, se reconozcan como habitantes de una misma región: El trapecio amazónico. Tal condición los ha hecho conscientes de lo indispensable que es para todos renovar sus lazos de igualdad y fraternidad. Y para ello, nada mejor que 5 días de comunión entre sus músicas y bailes, competencias deportivas y la elección de la mujer más bella del trapecio, una buena forma de probar que la hermandad entre los países es posible, y que sin duda debe ir más allá de la demagogia tradicional de los gobernantes de turno.