Luis Alberto, el niño de Boyacá que siempre ha querido tener amigos indígenas de algún rincón del país, viajará hasta Guainía y vivirá tres días en compañía de María Camila, una niña perteneciente a la etnia Tukana de Puerto Inírida - Guainía. Allí descubrirá un peculiar medio de transporte y una flor maravillosa que casi se extingue; conocerá el resguardo de Paujil donde conviven armónicamente tres etnias indígenas diferentes; y encontrará que entre tantas diferencias, su cultura boyacense tiene un rasgo en común con las culturas indígenas de allí: la tradición en el arte de fabricar ollas de barro. Al final del capítulo y después de escalar los cerros de Mavicure, desde donde se alcanza a divisar claramente el final de la Orinoquía y comienzo de la selva amazónica, Luis Alberto le entregará a María Camila el correo de La Lleva donde sorpresivamente le anuncian que ella será ahora la nueva visitante y deberá emprender un viaje hacia el mundo de una niña de Tumaco, Nariño.