Este documental es una mirada a la casa como espacio simbólico y real. Entrar a la casa, cruzar el zaguán, el patio, las habitaciones, la cocina; visualizarlos desde un decir poético que da cuenta de los elementos vitales de la casa. El espíritu que actúa como hilo conductor va entrando a cada componente de lo que es el morar, a la vez que los testimonios van definiendo los diversos conceptos de la casa: cómo se constituye, como le dan vida sus habitantes, cómo se convierte desde su cotidianidad en un ritual y finalmente cómo muere. El poema de Dulce María, “Los últimos días de una casa”, da sentido de epílogo, que a la vez es testamento de la casa en ruinas o de la casa perdida; es desde la nostalgia, un llamado a la recuperación del sentido de la casa como vestido y piel del hombre.