En este capítulo seguimos hablando del Festival de la Guabina; en este certamen, se admiran las campesinas engalanadas con sus atuendos regionales, portando en sus brazos canastas, ramos y diferentes arreglos florales, desfilando al compás de la guabina, por las tortuosas calles que conservan el rastro de sus 450 años. Al paso de las campesinas y de sus conjuntos se une el ruido de las carrozas tapizadas de pétalos floridos, que llevan los nombres de las principales veredas y municipios de la provincia. Termina el desfile en la tarima central de la plaza principal, decorada artísticamente, donde las soberanas del Festival Nacional de la Guabina y el Tiple, reciben la lluvia de flores que el pueblo veleño les brinda como muestra de admiración.