La variación, en este caso, es que esta metodología se use para que los realizadores de contenidos infantiles le cuenten la idea a un jurado de niños para conocer las opiniones, dudas e interrogantes que les surjan a partir de lo escuchado o visto. Por su parte, quienes presentan la propuesta o proyecto, tienen que estar dispuestos a responder las preguntas, recibir todo tipo de comentarios y posteriormente enriquecer su proyecto con lo planteado.
En últimas, se pretende darle el status de expertos a los niños, desde el momento mismo de la formulación de la idea, así como validarlos cada vez más como interlocutores responsables, capaces y activos.
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