¿Es posible definir y calificar el cine de un país?.¿Es viable hacer cine en Ecuador?. ¿Hay público para el cine latinoamericano?. Estas son las interrogantes que se hace un director de cine ecuatoriano, cuya última película fue un fracaso económico al no lograr su exhibición en las salas de cine. Motivado por esta decepción, inicia una pesquisa fílmica para encontrar respuestas lógicas a sus preguntas y remedio a su despecho. Recorre las instituciones públicas dedicadas a la preservación de los archivos fílmicos del país; entrevista al director más reconocido de su país, a una productora de poder y a dos jóvenes críticos, hasta que llega a la Bahía de Guayaquil, un gigantesco mercado informal donde se puede encontrar películas pirateadas de todo el mundo. Allí descubre una cantidad de películas ecuatorianas realizadas por autodidactas, de muy bajo presupuesto y de las cuales no tenia la más mínima referencia. Estas películas nunca habían sido exhibidas en salas culturales ni comerciales, pero sus niveles de ventas superaban cualquier película realizada por profesionales en Ecuador.