Enis Pacheco comenzó a practicar boxeo a los once años, pues las muñecas le aburrían y al beisbol o al futbol no les veía futuro en su pueblo. Al comienzo no fue fácil, una sociedad machista la tildaba de “machorra” por la práctica de este deporte, lo cual avergonzaba a su propia madre. Sin embargo, su obstinación e insistencia y el apoyo incondicional del padre la llevaron a cumplir el sueño de cambiar su estatus económico, lograr el respeto de la gente de su pueblo y sobre todo coronarse como campeona mundial.