Este documental trata de cómo niños desplazados de diferentes lugares de Colombia superan los choques de convivencia cotidiana en su actual ambiente hostil y marginal, a través de la apropiación de la fotografía y el relato como herramientas generadoras de solidaridad. Pretende probar que los procesos de formación y producción cultural impulsan valores que facilitan la convivencia y ayudan a descubrir que aún en situaciones extremas de marginalidad, la solidaridad se convierte en instrumento para que los niños crezcan en condiciones más favorables y su vida cotidiana sea más llevadera. Un grupo de niños desplazados de distintas regiones del país que vive en la Comuna 4 de Altos de Cazucá, municipio de Soacha, se ve obligado a convivir en un espacio hostil donde sus diferencias se hacen evidentes en la cotidianidad. Un espacio no gubernamental de mediación, a través de talleres de producción de fotografía y relato, brinda a los niños la posibilidad de reflexionar acerca de lo que pasa a su alrededor y de hacerse visibles en medio de su marginalidad. Los niños participantes de estos programas se han vuelto propositivos, han mejorado su autoestima, sus competencias orales, han aprendido a resolver conflictos cotidianos y a disminuir los efectos causados por situaciones de exclusión. El documental plantea 4 puestas en escena para identificar algunas de las situaciones representativas de violencia que se suceden cotidianamente en el barrio. Con la participación de 4 niños integrantes del taller de fotografía y del profesor, se han canalizado los deseos de la comunidad de sobreponerse a la violencia cotidiana.